El sector agroalimentario nacional registraría un crecimiento de 2.4% en volumen y 2.8% en valor económico durante 2026, según estimaciones publicadas por El Economista con base en datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA). Aun con esas proyecciones, el entorno refleja una suerte de crisis en desarrollo en medio de protestas, incertidumbre comercial y amenazas sanitarias que podrían alterar dicha tendencia.
Las cifras presentadas por el GCMA prevén una producción total de 288.5 millones de toneladas y un valor agregado de 1.96 billones de pesos para el cierre del próximo año. El subsector pecuario destaca como principal motor económico, con un alza proyectada de 21.3% en valor. El director general del GCMA, Juan Carlos Anaya, indicó cómo estos avances dependen del impulso productivo y del ajuste de las políticas públicas a las necesidades del campo.
Mientras tanto, diversas organizaciones agrícolas y de transporte anuncian movilizaciones y bloqueos carreteros, argumentando abandono institucional. En entrevista con MVS Noticias, Anaya afirmó: "Los productores tienen razón, no existe una política agrícola la cual brinde certidumbre; los precios bajan y el tipo de cambio impacta negativamente".
Agricultores del norte concentran la mayoría de las protestas, pues representan tres cuartas partes de la producción de granos básicos. Uno de los principales reclamos apunta a la desaparición de programas de comercialización, lo cual ha intensificado el malestar. Anaya advirtió: "Ya no resulta rentable sembrar; el gobierno no escucha y se eliminan esquemas que funcionaban".
Desde el Ejecutivo, Claudia Sheinbaum negó la existencia de un conflicto generalizado. Durante su conferencia del 17 de diciembre de 2025, declaró la presencia de mesas de diálogo activas y afirmo: "ya es realmente muy poca gente que está planteando esto, a la mayoría se les atendió". Aseguró la continuidad de programas como Alimentación para el Bienestar en coordinación con SADER.
Además, el impacto de riesgos sanitarios figura entre las preocupaciones centrales del GCMA. La presencia del gusano barrenador en ganado se identifica como amenaza directa al subsector pecuario. Sobre ese punto, Anaya enfatizó la urgencia de contener brotes que limiten la capacidad de respuesta del sistema productivo.
Otros segmentos también presentan retos importantes. Granos y oleaginosas podrían alcanzar una producción de 37.9 millones de toneladas, mientras tanto, la hortofruticultura rondaría los 44.6 millones. En ambos casos, las condiciones de acceso a mercados, logística y precios internacionales aparecen como factores clave. Anaya señaló: "El incremento en costos de fertilizantes, energía y transporte sigue afectando los márgenes".
Igualmente, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) también genera inquietud ante su próxima revisión. Productores temen posibles cambios en las reglas comerciales la cuales afectan cadenas productivas integradas, sobre todo en granos y productos cárnicos. "La revisión del T-MEC y la volatilidad de los mercados internacionales generan incertidumbre entre los productores", indicó el directivo del GCMA.
Al cierre de 2025, el GCMA prevé un escenario mixto: crecimiento moderado junto con riesgos persistentes. Productores y organizaciones del campo mantienen sus protestas ante la falta de políticas de certidumbre. Las perspectivas dependen de ajustes internos y condiciones externas aún inciertas, según advirtió Juan Carlos Anaya. (NotiPress)
