México registró el menor gasto público en salud entre los 38 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con apenas 2,8% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con el informe Health at a Glance 2025, publicado el 13 de noviembre. Esta proporción representa menos de la mitad del promedio regional, situado en 6,6%, y contrasta con la creciente carga sanitaria reportada en el país.
De acuerdo con el informe, México se ubica entre los primeros tres lugares del ranking de países de la OCDE con mayor proporción de población que reporta problemas de salud desde una perspectiva de percepción personal. Al mismo tiempo, más del 75% de los adultos mexicanos vive con sobrepeso u obesidad. Esta proporción se encuentra entre las más altas de la OCDE y refleja una presión sostenida sobre los servicios de atención médica. El informe también incluyó datos relacionados con enfermedades crónicas asociadas a esta condición, entre ellas diabetes tipo 2 y padecimientos cardiovasculares, cuya prevalencia sigue en aumento.
Además, el acceso a servicios médicos continúa siendo limitado para una proporción significativa de la población. El documento identificó que 26% de los mexicanos declaró no haber recibido atención médica cuando lo necesitó. Esta cifra representa la más alta entre los países analizados. Entre los motivos mencionados se encuentran dificultades económicas, tiempos de espera prolongados o distancia hacia los centros de salud.
La infraestructura de personal en salud tampoco refleja un crecimiento proporcional a la demanda. México cuenta con 2.5 médicos por cada 1,000 habitantes, por debajo del promedio de la OCDE, que se ubicó en 3.7. En cuanto a personal de enfermería, el país dispone de 2.9 por cada 1,000 habitantes, cifra que se aleja del promedio regional, calculado en 9.2. Esta diferencia implica una capacidad de atención más limitada, especialmente en regiones rurales o con menor infraestructura.
Aunque la estructura demográfica mexicana se caracteriza todavía por una población relativamente joven, el informe destaca una transición acelerada hacia el envejecimiento poblacional. La proporción de personas mayores de 65 años creció con mayor velocidad en comparación con la mayoría de los países de la región. Este cambio genera nuevos desafíos en la planificación de cuidados prolongados, un área donde el país aún no cuenta con servicios ampliamente disponibles.
En términos de mortalidad evitable, México también reportó niveles elevados. El informe presentó tasas de muertes por causas tratables más altas que el promedio regional, lo cual refleja la necesidad de reforzar la atención primaria y los servicios preventivos. La organización internacional incluyó además indicadores sobre calidad de atención que ubican al país en niveles inferiores respecto a sus pares regionales.
Finalmente, el informe cerró su análisis señalando la posición singular de México dentro del conjunto de países evaluados. A pesar de registrar algunas de las cifras más bajas en inversión pública en salud, el país enfrenta una de las cargas sanitarias más elevadas. Esta combinación refleja un panorama complejo en materia de acceso, personal disponible y atención a enfermedades crónicas, lo cual se vuelve especialmente relevante en un contexto demográfico que cambia con rapidez. (NotiPress)