El sindicalismo en México enfrenta una etapa de redefinición, así lo considera Alejandro Flores Borjas, secretario general del Comité Ejecutivo Nacional de la Federación Mexicana de Justicia Laboral, quien asegura que los retos en materia sindical siempre están presentes, pero que hoy el compromiso es renovado, con una mirada hacia las nuevas generaciones y un enfoque en la justicia social, económica y laboral.
La Federación que encabeza Flores Borjas agrupa actualmente a siete sindicatos nacionales, que abarcan desde los oficios varios hasta sectores especializados como la construcción. Este abanico de representaciones, explica, obliga a mantener un diálogo permanente con las autoridades y con todos los niveles de gobierno, “con respeto, pero también con la capacidad de participar activamente en la toma de decisiones”.
En entrevista para Imagen Poblana, Flores Borjas enfatizó que la labor sindical no puede reducirse a gestiones aisladas o intereses políticos, sino que debe basarse en la participación colectiva y la búsqueda de acuerdos reales que fortalezcan las condiciones laborales. “Se trata de hacerle honor al concepto de justicia, de colocar al trabajador al centro de toda acción sindical”.
Flores Borjas, también funge como secretario general del Sindicato Nacional “2 de Octubre”, surgido inicialmente como una organización estatal de oficios varios y que, con el tiempo, evolucionó hacia el ámbito nacional, con el propósito de ampliar su alcance y mejorar las condiciones salariales y contractuales de más trabajadores.
Desde su visión, el sindicalismo mexicano aún tiene larga vida, pero necesita adaptarse a los tiempos actuales, sobre todo incorporando las voces jóvenes y garantizando su participación real. “Los jóvenes no deben ser usados como carne de cañón, sino escuchados y considerados en la toma de decisiones”, puntualizó.
Aseguró que uno de los principales objetivos de la Federación es propiciar un relevo generacional responsable, no solo en términos de liderazgo, sino en prácticas, principios y valores, ya que el cambio no pasa por sustituir rostros, sino por fortalecer la ética y la legalidad dentro de las organizaciones sindicales.
Y en ese sentido, la Federación Mexicana de Justicia Laboral busca consolidarse como un espacio plural, con puertas abiertas a quienes no encuentran representación en las centrales tradicionales. Su apuesta, señaló, es generar una mesa nacional de diálogo que integre a todos los sectores productivos del país, evitando el uso político de las estructuras sindicales y recuperando su esencia, que es la defensa del trabajador.
Para Flores Borjas, la misión es clara, “construir una mejor clase laboral” que tenga voz en las políticas públicas y en los procesos de desarrollo económico. Bajo esta visión, el sindicalismo no solo debe sobrevivir, sino renovarse con justicia, responsabilidad y respeto institucional, impulsando un futuro en el que las y los trabajadores sean verdaderos protagonistas del cambio.
Por otro lado, el líder sindical reafirmó su compromiso de trabajar en unidad con las instituciones, los sindicatos y la clase trabajadora para fortalecer el sindicalismo en México frente a los retos que se avecinan en los próximos años.
Destacó que el verdadero progreso laboral solo se alcanzará si todos los actores sociales asumen su papel de manera corresponsable, señalando que, con frecuencia, se delega la responsabilidad a las autoridades o a los sindicatos, cuando el desarrollo laboral requiere una participación activa y coordinada de todos los sectores.
De cara al 2026, Flores Borjas considera que los desafíos no son menores y, desde su perspectiva, el diálogo debe consolidarse como el eje central para construir acuerdos que respondan a las nuevas necesidades del entorno laboral.
“Somos aliados de los gobiernos, creemos en las instituciones y en la fuerza de las leyes laborales”, expresó, al subrayar la importancia de fortalecer la aplicación de la Ley Federal del Trabajo y sus reglamentos para garantizar resultados tangibles.
Desde la Federación, dijo, se busca fomentar una relación más equilibrada entre trabajadores y empleadores, basada en la comprensión mutua, la transparencia y la rendición de cuentas, advirtiendo que no basta con aprobar leyes favorables si no existe una correcta instrumentación y vigilancia, pues en ese proceso se abren espacios a la corrupción, la impunidad y la injusticia laboral.
El dirigente hizo un llamado a construir una verdadera compenetración obrero-patronal, capaz de generar políticas y acuerdos con resultados visibles en los salarios, las condiciones laborales y el bienestar general de las y los trabajadores. Para lograrlo, propone que los sindicatos asuman un papel activo en las mesas de diálogo y que los resultados de esas discusiones se traduzcan en políticas públicas con impacto nacional.
También destacó que el inicio del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum representa una oportunidad para reforzar la colaboración entre sindicatos y autoridades, en donde "la Federación está dispuesta a coadyuvar en la creación de acuerdos que permitan a la clase trabajadora ocupar un papel decoroso y competitivo frente a los nuevos escenarios económicos del país”.
Finalmente, hizo un llamado especial a los jóvenes para que participen en la vida sindical con responsabilidad y confianza, reconociendo que las nuevas generaciones tienen el talento y las ideas necesarias para modernizar las prácticas laborales, siempre y cuando sean escuchadas y no utilizadas con fines políticos.