Revocación de mandato: ¿qué tan posible es quitar del poder a un presidente en México?

Revocación de mandato: ¿qué tan posible es quitar del poder a un presidente en México?

El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ocurrido la noche del 1 de noviembre durante el Festival de las Velas por el Día de Muertos, ha sacudido a México y detonado una ola de protestas en redes sociales.

 

Tras el hecho, jóvenes de la Generación Z han convocado a una marcha masiva el 15 de noviembre en la Ciudad de México para exigir la revocación de mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum, acusándola de fallas en la estrategia de seguridad.

 

 

Ante este posicionamiento, surge la pregunta, ¿es posible quitar del poder a un presidente en México?

 

La revocación de mandato está regulada en el artículo 35, fracción IX de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual establece que es un derecho constitucional de los ciudadanos.

 

Por tanto, el inicio del procedimiento de revocación puede ser solicitado exclusivamente por los ciudadanos, en un número equivalente al 3% de las personas inscritas en la lista nominal de electores, con dispersión en por lo menos 17 entidades federativas y que en cada una de ellas se cumpla a su vez ese porcentaje de participación

 

En el caso actual, no hay un proceso legal abierto ni convocado, por lo que cualquier intento fuera del marco constitucional sería inviable, lo que significa que las movilizaciones en redes sociales tienen un valor simbólico y político, pero no un efecto inmediato en la permanencia del presidente.

 

Ante ello, la inconformidad que muestran los jóvenes mexicanos ocurre en un contexto donde varios mandatarios alrededor del mundo han enfrentado crisis políticas y destituciones; por ejemplo, en los últimos meses, gobiernos como los de Nepal, Marruecos y Perú han experimentado remociones, renuncias o mociones de censura por parte de sus congresos o parlamentos, figuras inexistentes en el sistema mexicano.

 

 

¿Qué tiene que ver la GenZ en esto?

 

Analistas coinciden en que la GenZ mexicana se ha convertido en una fuerza política emergente, más activa en redes que en las urnas, pero con gran capacidad para influir en la conversación pública.

 

 

Esta generación, marcada por la frustración ante la violencia, la impunidad y la precariedad laboral, utiliza plataformas digitales como espacios de protesta y catarsis colectiva.

 

Los expertos señalan que más que un movimiento formal, es una expresión de enojo y desconfianza institucional y que no necesariamente busca derrocar a un gobierno, sino visibilizar su indignación frente a hechos que sienten lejanos de la justicia.

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