AIFA, la obra emblema de AMLO que no levanta el vuelo

AIFA, la obra emblema de AMLO que no levanta el vuelo

Foto: Xinhua

El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, que López Obrador presumió tantas veces como "el más bonito del mundo", va de mal en peor, después de que el Departamento de Transporte de Estados Unidos revocó 13 rutas de aerolíneas mexicanas hacia su territorio, y canceló todos los vuelos combinados de pasajeros y carga desde este lugar.

 

Y es que desde su construcción hasta ahora, el AIFA ha acumulado fracasos monumentales, como sobrecostos masivos, baja ocupaciónsubsidios eternos, ubicación remota, conflictos diplomáticos, riesgos de seguridad aérea y pérdida de competitividad nacional.

 

Como en todas las obras faraónicas de López, en su proceso de construcción se presentaron sobrecostos y opacidad, el recurso total inicial fue de 75,000 millones de pesos, pero los reportes señalaron un gasto oficial de 116,000 millones de pesos. Los contratos fueron adjudicados al 100 % por la Sedena y no se harán públicos en un periodo de 5 años. Además, se presentaron 140 amparos por despojo indígena.  

 

Fracasó en su objetivo principal, que era descongestionar el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM); expertos señalan que el AIFA fue construido para absorber una buena parte de la demanda del AICM, pero al menos hasta marzo de 2025 de este año la meta estaba muy lejos de cumplirse. En su primera fase estimaba atender 20 millones de pasajeros al año, pero el AIFA entre marzo del 2022 y enero 2025 movió 10.47 millones de viajeros. El Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico‑Aeronáuticas (Inija) incluso calificó la obra como "un rotundo fracaso" en términos de descongestión del tráfico aéreo. 

 

La ubicación en la base aérea de Santa Lucía, Estado de México, es otro conflicto, ya que llegar hasta el AIFA sigue siendo una odisea para muchos pasajeros, por deficientes accesos viales o de transporte público. La infraestructura de conectividad terrestre presenta retrasos o aún no opera completamente. 

 

La rentabilidad y sostenibilidad financiera están condicionadas. Y es que aunque hubo utilidades reportadas por 789 millones en el tercer trimestre del año pasado, el aeropuerto sigue recibiendo subsidios federales por miles de millones de pesos para su operación. El análisis crítico dice que si no logra cumplir sus objetivos, el volumen de carga operativa o pasajeros puede no justificar el costo y los recursos públicos involucrados.

 

La realidad es que el AIFA está convertido más en un proyecto de riesgo que en una victoria completa. La obra sigue en una fase crítica de prueba y transición y, si logra mejorar su conectividad, oferta aérea y eficiencia operativa, podría cumplir sus objetivos; de lo contrario, el país podría estar cargando con un legado de inversión pública mal aprovechada.

 

La obra fue concebida como un símbolo de beneficio, pero hasta ahora las señales inclinan más hacia un perjuicio, si se evalúa con base en los objetivos y recursos involucrados.

 

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