El cempasúchil transforma la vida de familias mexicanas mientras ilumina el camino de los difuntos

El cempasúchil transforma la vida de familias mexicanas mientras ilumina el camino de los difuntos

Foto: Enfoque

La flor de cempasúchil tiene un profundo significado espiritual en México, además de aportar color y aroma a los altares tradicionales en honor a los difuntos, así como generar sustento para cientos de familias campesinas que mantienen viva la tradición del Día de Muertos, el 1 y el 2 de noviembre.

  

Entre esas familias se encuentra la de la señora Martina Andrés Trinidad, quien encontró en esta flor una segunda oportunidad de vida cuando le hizo falta el sustento para dar estudios y alimento a sus tres hijos.

  

Con esfuerzo y dedicación, la señora Trinidad aprendió a cultivar el cempasúchil, convirtiendo sus campos en un espacio donde la tradición y el trabajo se entrelazan, mientras que cada flor representa la preservación de una cultura que honra la memoria de quienes ya partieron.

  

"Nosotros nos dedicamos al cultivo del cempasúchil. Ya llevamos trabajando en esto como 15 años. Ahorita estamos en una zona de conservación ecológica. Nosotros dependemos económicamente de esto y es a lo que nos dedicamos toda la familia", dijo a Xinhua la agricultora.

  

Trinidad, quien reside en el pueblo originario de San Nicolás Tetelco, en la zona sur de la Ciudad de México, recuerda con cariño el día en que pasó por un vivero cercano y vio que había cempasúchil, así que el dueño, al notar su necesidad, le permitió llevárselo para venderlo.

  

Con su carretilla, Martina transportó las plantas y al venderlas logró el dinero suficiente para alimentar a sus pequeños, experiencia que la llenó de confianza, pues descubrió que a partir de la flor podía construir un futuro para su familia.

  

"Nuestro trabajo era diferente a esto. Nosotros nos dedicábamos a lo que era la (flor de) Nochebuena, pero llega de repente el tiempo en el que de plano ya no te funciona este negocio", recordó.

  

A partir de este primer triunfo, Martina y su familia se animaron a ampliar el cultivo y empezaron con la siembra de unas 1.000 plantas, así que al comprobar que prosperaban, continuaron expandiéndose hasta llegar a 40.000 plantas.

  

"Tengo agradecimiento a la planta, porque gracias a ella salimos (...) a lo mejor no tenemos mucho, pero realmente lo que tenemos es una casa donde estar", comentó.

  

Para Martina, cultivar cempasúchil es participar también en una de las tradiciones más importantes de México: el Día de Muertos.

  

Al enseñar a sus hijos a plantar, regar y cosechar las flores, no solo les transmite técnicas agrícolas, sino que se asegura de que la tradición siga viva en las nuevas generaciones.

  

"Sí batallamos 10 años, pero ya ahorita no. Al final de cuentas, cada uno vive lo que tenga que vivir en su momento y ahora, gracias a esto, es lo que nos ha ayudado a salir adelante", mencionó Trinidad.

  

Hoy en día, gracias al trabajo y a la perseverancia de la familia de Martina, el cultivo de cempasúchil se ha consolidado no solo como un negocio familiar, sino que se convirtió en una forma de vida que permitió a sus hijos tener estudios universitarios, sin que ello signifique olvidar sus raíces y tradiciones.

  

La flor de cempasúchil es originaria de México y durante la época prehispánica, los mexicas, civilización que fundó la ciudad de México-Tenochtitlan, relacionaban su color amarillo con el sol y por ello la utilizaban en altares, ofrendas y entierros dedicados a sus muertos.

  

Gracias a su uso durante el Día de Muertos, cada año se cultivan y se venden en México toneladas de la hermosa flor de brillantes tonos.

  

Las celebraciones del Día de Muertos conservan creencias y prácticas ancestrales en que la gente concibe que las almas de los parientes fallecidos regresan a casa para convivir con los familiares vivos, guiados por velas y caminos de cempasúchil para nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece en los altares y ofrendas.

  

Esta tradición ancestral fue declarada en 2008 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). (Xinhua)

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