
La emoción de las vacaciones, ese anhelo de descanso y aventura, a menudo se ve empañada por una cruda realidad: el incremento de accidentes en carreteras y autopistas.
Cada temporada alta, las estadísticas reflejan un preocupante repunte en la siniestralidad vial, dejando un saldo de tragedias evitables y obligando a las autoridades a intensificar sus llamados a la prudencia.
No es una percepción, es una tendencia confirmada. Durante periodos como Semana Santa, verano, puentes festivos y fin de año, el flujo vehicular en las principales arterias del país se dispara.
Con más vehículos en circulación, la probabilidad de accidentes, lamentablemente, también se eleva. Pero ¿a qué se debe este preocupante incremento?
Los factores que intervienen en esta ecuación de riesgo son varios y, en muchos casos, se potencian cuando se combinan entre sí:
Uno de los factores es el aumento del flujo vehicular. Simplemente, más autos en la carretera significan mayores oportunidades de interacción y, por ende, de colisiones. Las autopistas se congestionan, los tiempos de reacción se reducen y la paciencia de los conductores se pone a prueba.
La prisa por llegar al destino, la sensación de “libertad” en la carretera y la sobrevaloración de las capacidades del vehículo y del conductor, conllevan a que muchos ignoren los límites de velocidad. Este es, sin duda, uno de los factores más letales.
También están los largos trayectos, a menudo iniciados después de jornadas laborales o con pocas horas de sueño, llevan a la fatiga del conductor. El cansancio disminuye la concentración, alarga los tiempos de reacción y puede incluso inducir microsueños al volante, con consecuencias devastadoras.
A eso sumamos los distractores. El omnipresente teléfono celular se ha convertido en uno de los peores enemigos al volante. Enviar mensajes, revisar redes sociales o simplemente hablar por teléfono desvía la atención de la carretera por segundos que pueden resultar fatales. A esto se suman otros distractores como comer, maquillarse o ajustar el sistema de sonido.
A pesar de las campañas y las sanciones, el alcohol y las drogas siguen siendo un factor recurrente en los accidentes, especialmente en periodos festivos. Estas sustancias alteran gravemente la percepción, los reflejos y la capacidad de juicio del conductor.
Asimismo, están los factores que tienen que ver con las unidades. Muchos vehículos que emprenden largos viajes no reciben la revisión mecánica adecuada. Neumáticos en mal estado, frenos desgastados, luces defectuosas o niveles de líquidos inadecuados pueden ser la diferencia entre un viaje seguro y un accidente.
Por otra parte, hacer maniobras arriesgadas, no respetar las distancias de seguridad, invadir carriles o desconocer señales de tránsito son imprudencias que se exacerban con el alto flujo vehicular.
Ante este panorama, las autoridades de Protección Civil, seguridad vial y cuerpos de emergencia intensifican sus campañas de concientización y operativos de vigilancia. La meta es reducir la incidencia de accidentes y garantizar un retorno seguro a casa para todos los vacacionistas.
Las recomendaciones que reiteran son las siguientes:
Antes de salir a carretera, es fundamental revisar frenos, neumáticos (presión y dibujo), luces, niveles de líquidos (aceite, anticongelante, limpiaparabrisas) y el estado de la batería. No olvides llevar un neumático de refacción en buen estado y las herramientas necesarias.
Definir la ruta con anticipación, identificar posibles paradas para descansar y carga suficiente combustible. Evita viajar de noche si no estás acostumbrado o si las condiciones climáticas son adversas.
Dormir lo suficiente la noche anterior al viaje. Durante el trayecto, realiza paradas cada dos horas o cada 200 kilómetros para estirarte, hidratarte y despejar la mente. Si te sientes fatigado, detente en un lugar seguro y descansa.
Las señales de tránsito y los límites de velocidad están para protegerte. Excederlos reduce tu tiempo de reacción y aumenta la gravedad de un posible accidente.
Si vas a conducir, no consumas bebidas alcohólicas ni ninguna sustancia que altere tus capacidades. Tu vida y la de los demás dependen de tu lucidez al volante.
Guarda el teléfono celular mientras conduces. Si necesitas hacer o recibir una llamada, detente en un lugar seguro. Evita comer, maquillarte o realizar cualquier actividad que desvíe tu atención de la carretera.
Usar siempre el cinturón de seguridad. Es el dispositivo de seguridad más efectivo. Asegúrate de que todos los ocupantes del vehículo lo utilicen correctamente, incluyendo a los niños en sillas de seguridad adecuadas para su edad y peso.
Deja suficiente espacio entre tu vehículo y el de adelante. Esto te dará tiempo para reaccionar ante cualquier imprevisto y evitar colisiones por alcance.
Las carreteras estarán concurridas. La prisa y la agresión al volante solo aumentan el riesgo de accidentes. Conduce con cortesía y respeta a los demás usuarios de la vía.
Contar con un seguro automotriz vigente es una protección fundamental ante cualquier eventualidad, no solo para tu vehículo sino también para la responsabilidad civil ante terceros.
La temporada de vacaciones no tiene por qué ser sinónimo de peligro en las carreteras. La prevención, la conciencia y la responsabilidad individual son las herramientas más poderosas para transformar un trayecto de riesgo en un viaje placentero y seguro, permitiendo que las vacaciones sean, verdaderamente, un tiempo de disfrute con la familia.