
Una buena y maciza descripción sobre DJT: “Es preocupante constatar la disociación de la realidad en que vive el comandante en jefe de la que es, como gusta de jactarse, la mayor fuerza militar de la historia humana. La pretensión de moldear el mundo material a partir de publicaciones en la red social de la que es propietario, la creencia de que sus deseos cobran existencia objetiva con sólo enunciarlos y la puerilidad con que aborda fenómenos sociales de una complejidad que dista de entender, hacen de Donald Trump una verdadera amenaza en un escenario global que exige de quien habite la Casa Blanca verdaderas habilidades diplomáticas y una fina comprensión de los alcances y limitaciones de su poder” (La Jornada, editorial del 27-VI-25).
Y si agregamos la naturaleza corrupta del gobierno que apenas rebasó los cinco meses y ya empiezan a multiplicarse, tímidamente, las voces que desde la clase política –que también está corrompida–, entonces el problema es mayúsculo con los negocios personales y familiares que se articulan con desparpajo desde la Oficina Oval tanto Donaldo Juan como su familia.
Durante su primera gira de cuatro días por Arabia Saudita, Catar y Emiratos Árabes Unidos, además de los acuerdos multimillonarios oficiales con las tres petrocracias, autoritarias y corruptas, DJT regresó a Gringolandia con la aprobación de su cuarta torre Trump y el regalo de un avión presidencial que nadie informó si es parte de los bienes e inmuebles del Poder Ejecutivo o será trasladado a la casa de Mar-a-Lago, Florida, cuando termine su mandato el 20 de enero de 2029.
Ésta no es el mal mayor que en el ámbito de la corrupción genera el magnate inmobiliario a la arquitectura jurídica de la Unión Americana al adecuarla, negándola, con órdenes ejecutivas para imponer su autocrática voluntad, en varios casos con la anuencia de la Corte Suprema, donde le pagan así el favor de su dedazo judicial durante su primer mandato. Todo indica, salvo que se levante con el pie izquierdo, que desistió del señuelo de gobernar Estados Unidos hasta 2033, a los 87 años de edad.
Como se demostró el domingo 15 de junio en 210 ciudades y condados con más de 5 millones de ciudadanos en movimiento porque “No tenemos reyes”, la sociedad estadunidense es ricamente multinacional, diversa y vigorosa en muchos planos y el simplismo totalitario para uniformarla no tiene futuro por más que los “lunáticos” –tipo Marco Rubio y Kristi Noem– se esmeren en imponerse con la fuerza policiaco-militar y no por la razón y el derecho que todavía imperan.
El neofascismo trumpista acaba de obtener un avance importante al lograr en Ottawa que el Grupo de los Siete acordó eximir a las multinacionales de EU del impuesto mínimo global, gracias a que DJT presionó por este compromiso. Las trasnacionales gringas “sólo serán gravadas en su país de origen, tanto por las ganancias nacionales como por las extranjeras”, informó el G-7.
De esta autoritaria manera el G-7 canceló que 140 países llegaron a un acuerdo en 2021 para gravar a las trasnacionales, un acuerdo negociado bajo los auspicios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Ese acuerdo, muy criticado por Trump, establece una tasa mínima de impuesto global de 15%. La OCDE decidirá finalmente si eximirá o no a las empresas estadunidenses del impuesto.
Y para cerrar con broche de oro con las nuevas reglas del mundo neofascista estadunidense, Trump ordenó que la Corte Suprema de Israel no toque judicialmente por corrupto a Benjamin Netanyahu, su hijo putativo o portaaviones de USA en Medio Oriente.
Acuse de recibo
Uno de los vástagos de Trump, llamado Eric, no encontró mejor forma de ejemplificar que usando a México en su afiebrada cabecita, al señalar en entrevista lo que papi haría frente un ataque contra USA: “Si México, digamos que ese fuera el escenario, disparara cohetes contra Estados Unidos, creo que serían decapitados en unos cuatro segundos”, No, pos sí. Hijo de tigre, pintito o hijo de monarca principito… El sepulturero del Revolucionario Institucional que gobierna Coahuila y Durango y eso a medias, denuncia fraude y falta de legitimidad –como Humberto Musacchio– en los resultados de la elección judicial, pero no dice ni pío sobre el hecho irrefutable de que el nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación obtuvo el “encargo” por la voluntad de 5’991,590 ciudadanos y que para obtenerla gastó un millón de pesos. En tanto que Alejandro Moreno y su grupo dirigente gastaron 1’866,918 pesos y lograron 5’736,759 votos… Omití el nombre del escritor Ahmed Mulay Alí, director general para América Latina y el Caribe del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Árabe Saharaui Democrática… Mientras Héctor Quiñones Hernández hace el enorme favor de subir al portal de Forum las últimas 41 utopías, usted puede consultar una buena parte aquí, https://insurgentepress.com.mx/author/ibarraaguirreed/; https://indicepolitico.com/category/eduardo-ibarra-aguirre/
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