Juicio a expresidentes es una práctica normal en el mundo, excepto en México

Tras un largo proceso, la Corte Suprema de Justicia de Argentina confirmó la condena a 6 años de prisión y la inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, por el delito de corrupción.

Este fallo, que desestimó el recurso de queja de su defensa y el pedido de la Fiscalía para agravar la pena a 12 años, implica que Fernández, de 72 años, podría acceder a prisión domiciliaria debido a su edad y deberá presentarse en un plazo de cinco días hábiles ante los tribunales para ser detenida.

En México, varios expresidentes han sido señalados por presuntos delitos, pero no han enfrentado procesos judiciales formales debido a que nunca han sido denunciados ante las autoridades correspondientes.

Uno de estos casos es el del exmandatario Carlos Salinas de Gortari, a quien se le ha acusado de enriquecimiento ilícito, entrega irregular de bienes nacionales, presunto fraude electoral en 1988, así como por el aumento de la desigualdad económica. A pesar de todo ello, no existen denuncias formales en su contra, incluso de las acusaciones impulsadas por Andrés Manuel López Obrador.

Otro expresidente que también ha sido señalado de presuntos delitos es Ernesto Zedillo Ponce de León, a quien se le acusa de la conversión de deudas privadas en deuda pública vía Fobaproa, con un costo millonario, así como también de la presunta responsabilidad en crímenes de lesa humanidad como la masacre de Acteal. No existen en la actualidad denuncias formales en su contra.

El expresidente Felipe Calderón Hinojosa es otro que se menciona constantemente. Además de ser acusado de ser el causante del aumento de violencia por la guerra contra el narcotráfico, es señalado de supuestos nexos con Genaro García Luna, condenado en Estados Unidos por narcotráfico. De esta última acusación, no enfrenta denuncia formal.

Por corrupción en el caso Odebrecht y desvío de recursos públicos, además de que Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, lo señaló por sobornos, Enrique Peña Nieto es otro de los exmandatarios que ha sido acusado, pero no existen denuncias en su contra.

Estos casos contrastan con los eventos en donde expresidentes de otras partes del mundo son enjuiciados y condenados a prisión.

Tal es el caso de Luiz Inácio Lula da Silva, exmandatario de Brasil, quien en 2017 fue sentenciado a 9 años y medio de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero en el caso Lava Jato, relacionado con un apartamento recibido como soborno. En 2018, se amplió la condena a 12 años. Las condenas fueron anuladas en 2021 por el Supremo Tribunal Federal por irregularidades procesales, permitiendo su regreso a la presidencia en 2023.

El expresidente de Francia, Nicolas Sarkozy, fue condenado en 2021 a 3 años de prisión por corrupción y tráfico de influencias en el caso de las "escuchas telefónicas". En 2023, obtuvo otra condena por financiación ilegal de su campaña de 2012. Apeló ambas sentencias, pero sigue bajo restricciones legales.

En 2018, Park Geun-hye, expresidenta de Corea del Sur, fue sentenciada a 24 años de prisión por corrupción, abuso de poder y extorsión en un escándalo que involucró a Samsung y otras empresas. La pena se redujo posteriormente y fue indultada en 2021 por razones de salud y unidad nacional.

El expresidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, recibió 15 meses de prisión por desacato al negarse a testificar en una investigación sobre corrupción durante su presidencia. Cumplió parte de la condena y fue liberado por motivos de salud, pero enfrenta otros cargos por corrupción.