
Nikita Tkachuk, quien era conocido como el “Hulk ruso” en el mundo del fisicoculturismo, falleció a los 34 años como resultado de una falla multiorgánica. Su esposa, María Tkachuk, fue quien confirmó el desenlace a través de redes sociales, asegurando que los órganos de Nikita dejaron de funcionar uno tras otro, primero los riñones colapsaron, un edema pulmonar complicó su estado y su corazón no resistió más.
Nikita fue internado de emergencia el 16 de mayo, pero su deterioro fue tan rápido y grave, que los médicos lo indujeron a coma en un intento por estabilizarlo. Sin embargo, el daño acumulado durante años fue irreversible.
Detrás de su imponente apariencia se escondía una realidad marcada por el uso prolongado de synthol, una sustancia que inyectaba en sus músculos para ampliar su volumen. A pesar de tener una musculatura definida, recurrió a este método para conseguir una figura aún más extrema.
El propio Nikita llegó a reconocer públicamente los riesgos que asumió, pues en una de sus publicaciones, advirtió a sus seguidores sobre las consecuencias de usar productos como el synthol. Lamentó haber seguido ese camino, afirmando que de poder hacerlo, tomaría decisiones distintas, ya que su carrera como deportista de alto nivel había quedado truncada por esas elecciones.
Más allá de los efectos inmediatos del synthol, su salud fue deteriorándose con el tiempo. Después de contraer covid-19, su cuerpo comenzó a debilitarse; además, le diagnosticaron sarcoidosis, enfermedad autoinmune que afectó múltiples órganos. Se sometió a varias intervenciones quirúrgicas, intentó retomar el entrenamiento, pero la situación se agravó y desarrolló acumulaciones de calcio en las extremidades inferiores y la carga sobre sus órganos vitales se volvió insostenible.
Tkachuk nació en Vorkutá en 1990, y desde joven demostró una fuerza extraordinaria. A los 21 años fue reconocido como Maestro del Deporte en Rusia, una distinción reservada para atletas de élite.
Levantó 350 kilos en peso muerto, 360 en sentadilla y 210 en press de banca. Era una figura emblemática del “powerlifting”, una disciplina que combina fuerza física con disciplina mental, pero ni la fuerza, ni los títulos, pudieron revertir el daño acumulado.